El Palacio Real una visita ineludible en Madrid

El emir Mohamed I construyó en Magerit (nombre árabe de Madrid) una alcazaba para defender Toledo del avance de los cristianos. Posteriormente, los reyes de Castilla utilizaron este edificio de forma eventual cuando venían a Madrid hasta que en el siglo XIV se transformó en lo que se conocerá como Antiguo Alcázar. Fueron Carlos I y su hijo Felipe II quienes convirtieron la fortaleza en residencia permanente de los monarcas. Pero en la nochebuena del año 1734 un terrible incendio arrasó el Real Alcázar y fue Felipe V quien mandó construir sobre los restos el palacio que conocemos hoy.

Las obras se iniciaron en 1738 prolongándose hasta 1755, por lo que Felipe V, que fallecería el 9 de julio de 1746, nunca llegó a ver terminado el Palacio. Fue uno de sus hijos, Carlos III el primer monarca español que establecería allí su residencia en 1764.

A Carlos III que llegaba de Nápoles en 1759 no le gustó el Palacio que aún se encontraba en obras, le parecía pequeño y de mal gusto. Carlos III quería un palacio que albergase todos los servicios necesarios para gobernar, no que solo fuera una residencia real. Planeó cuidadosamente desde su residencia de Nápoles los cambios que a su criterio eran necesarios para incorporar al palacio que estaría inspirado en Versalles pero con una arquitectura más sobria, encajándose en un estilo barroco clasicista y racionalista.

Si vienes a Madrid tienes una cita ineludible con este magnífico edificio. Visita el Palacio Real con nuestros guías oficiales, sin esperar colas y disfruta de su espectacular decoración con colecciones únicas de tapices, porcelana y mobiliario. Sus bóvedas fueron pintadas por los mejores de cada época, Goya, Velázquez, El Greco, Rubens, Caravaggio, etc. Podrás admirar la mayor colección mundial de Stradivarius o la colección de la Armería Real con armas y armaduras que datan del siglo XIII.